martes, 15 de mayo de 2018

Una hidra bicéfala y demente en la Generalidad

El pacto de la denominada  transición política que llevaron los franquistas de última hora con los nacionalistas y euro-comunistas son aquellos polvos que han traído estos lodos. Se creían que a los nacionalistas se les contentaba con una autonomía, cuando la historia ha demostrado que los nacionalistas son insaciables. Quieren pasta e independencia. Y más pasta y más independencia que los demás.


Los sucesivos gobiernos, incluido el de UCD del renegado franquista A. Suárez, se dedicaron a dar hilo a las cometas nacionalistas para asegurarse los pactos que les mantuviese en el machito del gobierno de la Nación. Para darles por el gusto les acomodaron una ley electoral demencial que prima el voto secesionista y venga de dinero y venga de competencias.

La mala conciencia de los "transicionistas" (perdón por el palabro)  por haber pertenecido al régimen de Franco les llevaron a un exacerbado progresismo, hasta el paroxismo de autorizar los partidos independentistas, lo nunca visto en el resto de países europeos y hasta del mundo entero. Sólo les faltó legalizar ETA.

Les transfirieron todo lo habido y por haber, hasta los pilares de cualquier nación, como son la educación, sanidad y la justicia y nadie controló lo que se enseñaba en las escuelas y las universidades, así como en los medios de comunicación. Hoy todos nos llamamos a andanas y a andanas habría que llamar a media docena de irresponsables, por no decir traidores.

En esto de independizarse están Cataluña y Vascongadas junto con los navarros proetarras. Pero detrás van Baleares con el Psoe al frente, Valencia, con idem, y Galicia, que ya se ha encargado el PP en propiciarla.

Tanto caldo de cultivo ha hecho que un buen puñado  de arribistas, por más señas burgueses, de Vascongadas y Cataluña les hayan lavado el cerebro durante 40 años a la población y hoy haya algún millón de independentistas en esas tierras.

En concreto, en Cataluña han gobernado un delincuente y su familia de igualmente delincuentes, para dar paso a otros trincones, igualmente delincuentes y dementes, llenos de odio, complejo de inferioridad y racismo. Eso es lo que han sido y son Mas y sus secuaces, el Puigdemón y sus secuaces y ahora el nazi y demenciado en grado sumo, Joaquín Torra.

Las sociedades nacionalistas son sociedades enfermas por la educación de odio recibida y mi opinión es que para atajar esto, ya llegamos demasiado tarde. Aunque se cortara de raíz el secesionismo que se predica en la escuela y la universidad, en los púlpitos, y en los medios de comunicación, públicos y seudo-privados  (porque los adictos están todos subvencionados), es imposible extirpar  las neuronas dañadas a más de tres generaciones. Estamos ahora mucho peor que hace un año. Que ya es decir.

Pero, mucho más nefasta es la actitud del gobierno actual, que sin 155 o con 155, no ha hecho prácticamente nada por intentar, solo intentar, revertir la situación y la gravedad de los hechos. No salvaguarda los derechos de los educandos no nacionalistas, permite que etarras insulten y se mofen de las víctimas en TV3 y no ha tocado un pelo del aparato separatista de la Generalidad y organismos adláteres.

Un gobierno como la Generalidad formado por autoridades del más alto nivel del Estado, queriendo segregarse de éste, aparte de los delitos que el magistrado del Supremo les imputa, han incurrido en Alta Traición, que no se si  España reserva solo a los militares, pero que en otros países más democráticos que el nuestro, si contempla también para autoridades y civiles.

En un delirio demencial, el fugado y su títere se presentan como una hidra bicéfala, cuyo único afán no es el gobierno de Cataluña sino extender el incendio secesionista. La mecha de pre-guerra civil ya está encendida y propagada en Cataluña. Detrás van Vascongadas, Valencia, Baleares, y quizá, Galicia. Que Dios nos coja confesados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario