miércoles, 25 de abril de 2018

Marnie la ladrona

Es el título de una célebre película de Alfred Hitchcock de 1964 que narra la historia de una cleptómana compulsiva a la que un accidente la obliga a enfrentarse a sus terrores cuyas raíces se hunden en el pasado.
No es exactamente el caso de Cifuentes, que aunque no sea cleptómana habitual tuvo un desliz hurtando en unos almacenes dos cajas con crema y debe pagar por ello, con independencia de los 40 euros que costaban.
Mintió con el máster en todas las circunstancias que hemos ido conociendo y mintió en este de las cremas antienvejecimiento al decirnos que fue un ERROR INVOLUNTARIO. Entonces y ahora nos mintió, tomándonos por imbéciles, por dos veces.

Como suelen hacer los políticos cuando les pillan in fraganti con las manos en la masa es decir que existe una campaña de acoso y derribo. Me da igual quien haya destapado la olla de la podredumbre. La verdad es la verdad dígala Agamenón o su porquero, que decía Antonio Machado, en boca de Juan Mairena.

Tuvo el cuajo de decir que se iba con la cabeza bien alta. Joder, que hace falta para bajársela a los políticos. Y que era un tema personal. También el máster. Mire Marnie o Cristina, me da igual, un político no tiene ámbitos  personales  -ese cursi vocablo de moda-  en temas como los que nos ocupan. Otra cosa es su familia y de puertas adentro de su casa. Nadie se ha metido con ellos. No hay privacidad que valga ni con lo del máster ni con el hurto. ¿Digo presunto?

Y, finalmente, algo que no he oído que alguien reparase en ello. En su despedida mostró sus agradecimientos a su familia, a su equipo y a los madrileños, pero NI UNA PALABRA para su partido.
Something is rotten in the state of Denmark. Donde pone Denmark, pongan Partido Popular y el resto de la reata de partidos.

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